A PLENA PENUMBRA, QUE NO SE
SEPA QUIEN ES EL AMOR
Vendrá
la noche en poco tiempo más y a plena penumbra,
que
no se sepa quien es el amor,
lento
crecimiento de las espigas en el campo,
espera
la voluptuosidad de la luz.
Al
alba será fruta madura, y besará mi alma,
entre
los cielos de un corazón que inventa esta ternura,
como
si fuera un monstruo a punto de matar.
Hablaba
de ti amor mío,
sentía
correr la sangre lenta por mis venas.
Hablaba
de ti, y la calandria volvía nuevamente
a
cantar en nuestra puerta, para nosotros dos,
pero
ninguno se dio cuenta.
Hablaba
de ti, el gallo cantaba sereno en las mañanas
gozando
de la plenitud de haber llegado al nuevo día.
La
huerta hamacaba sus cálidos colores,
y
como una niña austera de verdades,
cumplía
los sueños imposibles.
Subíamos
al puente, para convencernos
que
nuestra vida era esperar una vez
la
penumbra conocida,
y
el vino nocturno
entonaba
nuestras ansias por perder.
Lúcida
melodía que el poeta esperaba.
Que
nadie sepa nunca quien es el amor,
si
ella o yo, o el alba,
o
la noche serena cuando llega,
o
el perfume del rocío en las mañanas.
En
la penumbra, hacíamos el amor,
autorizados
a gozar juntos
y
nada ni nadie podría separarnos.
El
amor, lucía por las noches,
fervorosamente
a nuestro lado,
nos
pertenecía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario